Si has clicado en este artículo es porque quieres saberlo todo sobre blogueros, influenciadores y agencias de PR. ¡Te recomiendo este libro: ‘Marca busca egoblogger’!
La comunicación ha cambiado y la influencia se puede lograr a través de nuevos canales además de los medios de comunicación tradicionales. Esta situación ha pillado desprevenidos a algunos profesionales de la comunicación tradicional que, hoy en día, todavía se están preguntando cómo manejar estas nuevas ventanas. Muchos ni siquiera tienen una base de datos de influencers -influenciadores- o no saben cómo relacionarse con ellos, qué proponerles, si cobran o no y otros aspectos del mundillo. Algunas agencias, como comentaba en otro artículo, siguen sin tenerlos en consideración porque no tienen tiempo para siquiera pensar en cómo medir y demostrar los resultados. Pero no todo son malas noticias, tal y como describe el libro ‘Marca busca egoblogger’.
Así se llama el libro escrito por Ana Fernández Pardo, consultora de comunicación y márketing especializada en moda y protocolo. Consiste en una serie de entrevistas con profesionales de la comunicación que ayudan a esclarecer notablemente de qué va esto de la influencia a través de los blogs y las redes sociales. Si bien es cierto que el libro se escribió en 2015, teniendo en cuenta que este mundillo interconectado cambia caprichosamente y sin avisar, tres años después -estas líneas se escriben en 2018- sigue siendo una de las mejores maneras de ponernos a la última. Una opción que recomiendo encarecidamente.
Útil para los profesionales de las relaciones públicas más tradicionales
‘Marca busca ecoblogger’ clasifica, a través de las entrevistas, a los tipos de personas que invierten su tiempo libre en crear contenido en la red sobre sus pasiones. Seguro que algunos consultores de dilatada trayectoria no sabrían diferenciar entre una blogger -bloguera-, una egoblogger -¿egobloguera?-, una influencer -influenciadora- y una celebrity -celebridad o famosa-. Todos ellos aplicables también con género masculino, representan perfiles tan similares que es fácil confundirlos, aunque a la hora de planificar estrategias de relaciones públicas se tratan de manera ligeramente distinta.
Un bloguero puede llegar a ser influenciador si tiene suficiente público, pero un influenciador no necesita ser bloguero siempre que tenga carácter prescriptivo, por ejemplo, en las redes sociales. Algunos de los influenciadores entrevistados en el libro de Fernández se consideran a sí mismos personajes. Por otro lado, cuando un influenciador pasa a convertirse en un fenómeno podemos hablar ya de celebridad, contando algunos de ellos con las mismas agencias de representación que otros famosos del cine o la televisión. En definitiva, una clasificación particular muy esclarecedora que, debido a los bandazos que da esta profesión, con toda probabilidad se ampliará.
‘Marca busca egoblogger’ también cita en numerosas ocasiones las diferencias entre blogueros y periodistas y traza algunas ilustrativas ideas sobre por qué no deberían ser tratados por igual. Si bien es cierto que algunos blogueros se relacionan como periodistas, no podemos olvidar que muchos de ellos no son profesionales del medio y requieren, por tanto, un trato más específico.
Unos influenciadores más profesionales
Los textos son también útiles para aquellas personas que quieran convertirse en influenciadores. Las entrevistas apuntan a la necesidad de una mayor profesionalización del sector bloguero e influenciador y de ellas se pueden extraer algunas ideas para conseguirlo. Por ejemplo, se expone que tener a un familiar como representante puede dar una imagen de poca seriedad. También se habla sobre la importancia de una redacción limpia -sin faltas de ortografía- y se comenta sobre lo relevante que es para las marcas saber qué alcance tiene un blog en términos de visitas -la mayoría de estas páginas no están auditadas como los medios profesionales-.
Otro de los temas más tratados es el riesgo a la pérdida de credibilidad de los influenciadores cuando ofrecen contenidos demasiado publicitarios. No sólo se habla del peligro de que el influenciador se convierta en hombre-anuncio, sino que las entrevistas describen la importancia de que exista una coherencia. Si la persona ha recomendado una determinada marca con anterioridad, sus seguidores podrían no entender que, de repente, aconsejara otra de la competencia, ya que la sospecha de que haya una remuneración económica detrás es grande. También se menciona en numerosas ocasiones la problemática de la publicidad encubierta que, además de ilegal, puede pasar factura a esta credibilidad sobre la que se cimienta el poder de atracción de uno de estos prescriptores en línea. En este sentido, es agradable leer que algunas marcas diferencian claramente entre colaboración -gratuita- y publicidad -pagada-, aunque todavía hay algunos profesionales que consideran que las colaboraciones remuneradas tienen sentido, incluso corriendo el riesgo de caer en esta publicidad encubierta de la que hablaba.
Además de esta controversia, las entrevistas también abordan el tema de la compra de seguidores, acción reprobable con la que blogueros y agencias maquillan sus cifras para aparentar un éxito que no es tal.
Muy recomendable
En resumidas cuentas, Marca busca egoblogger es un libro muy esclarecedor sobre el panorama de blogueros e influenciadores. Si bien es cierto que algunos entrevistados tienen opiniones contradictorias entre sí y que, por tanto, quedan algunos interrogantes sin resolver -seguramente debido a los vertiginosos cambios dentro del mundillo-, las conversaciones dan una idea muy concreta sobre esta ya muy establecida tendencia. Tanto si eres un profesional de las relaciones públicas de toda la vida, como si eres bloguero o influenciador, echar un vistazo a este libro es definitivamente recomendable.